Empecemos por lo básico. Todas las empresas comparten un fin común que es ganar dinero. Sigamos con lo básico. Aunque parezca obvio habría que definir qué es ganar dinero. Aquí el lenguaje nos juega una mala pasada, para mucha gente ganar dinero es equivalente a vender, para otros a ingresar, para otros tener un buen saldo en el Banco. Siendo un poco más técnicos diríamos que ganar dinero (el objetivo de las empresas) es obtener beneficios, y a ser posible que estos se conviertan en liquidez.
Ahora que nos hemos puesto de acuerdo en qué entendemos por ganar dinero, en el caso de las empresas obtener beneficio, la siguiente pregunta sería ¿cómo sabemos si obtenemos beneficio o no, y cuánto?
La respuesta se resume en una palabra: contabilidad. Afortunadamente llevar una contabilidad es obligatorio en España, y afortunadamente también esta contabilidad está convenientemente reglada a través del Plan General contable, lo que da homogeneidad y permite interpretar todas las contabilidades que se llevan (de forma correcta). Imaginemos que la contabilidad no fuera obligatoria coma cómo sucede por ejemplo con los autónomos. Me juego algo a que la gran mayoría de las empresas, en particular las pequeñas no llevarían contabilidad, cómo le sucede a la mayoría de los autónomos, que realmente no saben qué beneficio obtienen de su trabajo. Pero este tema lo dejo para otro post.
Ahora bien resulta que en la mayoría de las pequeñas empresas la contabilidad, que es una fuente valiosísima de información sobre la marcha de la empresa, se ve como una imposición legal con objeto recaudatorio, ya que es la base para elaborar el Impuesto De Sociedades. Esta perspectiva de la contabilidad es la que lleva las empresas, y a la mayoría de las asesorías, a analizar las cuentas de la empresa sólo al cierre del ejercicio, o mejor dicho a la presentación del Impuesto De Sociedades esto es 6 meses después de cerrarlo.
Durante todo el año estas empresas que no analizan su contabilidad no saben realmente cuál es el beneficio que van generando, con o que difícilmente podrán corregir el rumbo. Eso sí habrán examinado detalladamente la cifra de ventas pero ya sabemos que vender más no implica necesariamente ganar más. Es más puede llevarnos a ganar menos, cosa no infrecuente.
La buena noticia es que cualquier empresa que lleve una contabilidad razonablemente correcta puede empezar a analizar su situación económica y financiera de forma mensual o trimestral en cualquier momento.